Quien no se quiere puede enfermarse… Pero quien se quiere en demasía también puede padecer alguna complicación…La homeopatía hace hincapié en este sentimiento, de tal manera que reconoce numerosos síntomas ligados a la falta, perversión o exceso de amor…La falta de un amor, por haberlo perdido enferma… La decepción de amor es un síntoma de capital importancia en homeopatía…Cuando dicha pérdida no es subsanada y se sufre continuamente, día tras día, puede traer profundización de síntomas y es entonces cuando se reconoce enferma a una persona…. Entonces los homeópatas decimos que estamos en presencia de una persona con trastornos por decepción de amor, y jerarquizamos esto dentro de las primeras líneas de la descripción del cuadro de síntomas a tratar…En líneas generales todos los síntomas ligados con lo afectivo tienen máxima importancia, ya que expresan COMO es esa persona, y COMO siente, en base a esto se puede elegir el medicamento adecuado al caso…Alguien ha dicho alguna vez, que quien tiene amor lo tiene todo… Y quien no lo tiene lo padece de alguna manera como una necesidad…
A partir de la toma de medicación homeopática tenemos en marcha una de las mejores maneras de dejar de padecer dicha falta , y esto lo logra a través del re equilibrio de la fuerza vital o energía interna de la persona, mitigando la «carga » del pesar. Hay personas se quejan una y otra vez, mientras van pensando siempre la misma idea, que se quedan fijados en el tiempo pasado, y que Viven pensando cosas desagradables ya vividas pero eternamente sufridas, o que están nostálgicos, tristes, inconsolables, siendo todos estos síntomas que figuran en el Repertorio o diccionario de síntomas y son muy bien cubiertas por nuestra medicación. Si las cosas se dejan así, libradas a su propia evolución podrán verse diversas afecciones desde las mas banales hasta incluso cuadros graves crónicos. Es que el amor mal encausado que se vive como síntoma puede traer consecuencias… Ya lo decía la conocida frase » Hay amores que matan».Como ya habré dicho alguna vez, estar medicado significa dejar de padecer ese desequilibrio persistente que nos puede propinar un sentimiento arraigado mal encausado.